El trabajo en el jardín por mucho tiempo represento una terapia a través de la cual liberaba mi energía embellecedora. Esta actividad era nueva para mi y ameritaba mucho esfuerzo físico, pero me motivaba la imagen de lograr mi propósito de poder disfrutar todo aquel espacio al hacerme responsable de lo que sabia tenia que hacer. Como bien dice el dicho, si no nos gusta algo tenemos que saber si podemos o no cambiarlo. Entonces actuar en congruencia.
Me pasaba algo muy particular, cuando empezaba a trabajar en mi jardín, no quería parar...Además de que se estaba convirtiendo en un hobby, la jardinería me ayudaba en ese proceso de transformación que implica crear, desarrollar y discernir, que llevo conmigo como parte de mis genes, pues se refleja en todo lo que hago.
Durante el trabajo de limpieza y siembra en cualquiera de los espacios en los que me concentrara, fue muy importante tener sueños de bienestar; Es decir, imaginarme como podía disfrutar aquel lugar con mi familia y amigos, me ayudaba a encontrar la mejor forma de organizarlo para que me exigiera poco mantenimiento y aun brindarnos un ambiente acogedor. Como siempre, todo por estar mejor, por disfrutar plenamente mi hogar, por hacer avivar los colores que nos sorprenderían cada mañana, todo por agradecer lo que tenemos y aprovechar la oportunidad de enriquecer nuestro ambiente al organizarlo mejor. Realmente creo que son esos anhelos los que nos ayudan a crear, a embellecer, a progresar, a producir aunque nuestros recursos no sean abundantes en cualquiera de los ámbitos en los que nos enfoquemos.
Por esta practica de trabajar en el jardín, con diferentes objetivos es que aprendí a esperar a que las semillas crecieran, a esperar el tiempo en el que cada planta florece y así también conocí los mejores espacios para cada planta dentro de mi patio. Lo mejor es que a través de esta practica aprendí a conocer otro aspecto importante de mi; Vive en mi el apreciar las oportunidades de crear, de desarrollar y de discernir. Es maravilloso, comprender que si tienes talento artístico no tienes porque ser un desastre, y si eres analítico no tienes porque cerrarte a la creatividad. Tu puedes elegir...Hay personas que son creadoras por naturaleza y allí se concentra su mayor aporte, y esto esta bien, si es lo que ellas quieren. Otras personas aparte de ser creativas, son organizadas y analíticas porque quizás no se conformaron con lo que tenían, y en base a trabajo y esfuerzo lograron desarrollar hábitos que las enriquecen y complementan en si mismas.
Hoy, al escribir estas líneas siento gran alegría y satisfacción porque en mi jardín hoy en día hay plantas, ya grandes, que me recuerdan que en días de debilidad, no me rendí, sino que por el contrario decidí lograr algo mas, sembré alegría, sembré esperanza, construí armonía, me llene de paz porque gracias a Dios decidí embellecer y edificar con amor en base a lo que tenia.
Pienso que no existirá nunca un jardín floreciente en manos de gente descuidada, indiferente, o abandonada. No habra nunca oportunidad de cultivo en terrenos vistos por gente critica sin interés de construir, pues solo vera el monte y no la oportunidad de dar vida a algo hermoso y así crear oportunidades de convivencia en medio de la naturaleza. Los espacios de tierra necesitan el mismo cariño y atención que el corazón y la mente de los niños, los jóvenes y las personas que están a nuestro alrededor. De allí la belleza de todos los lugares que recogen memorias inolvidables. Alguien se ocupo de crear la idea y seguro muchos han estado allí firmes sembrando semillas de esperanza y confianza!
Me pasaba algo muy particular, cuando empezaba a trabajar en mi jardín, no quería parar...Además de que se estaba convirtiendo en un hobby, la jardinería me ayudaba en ese proceso de transformación que implica crear, desarrollar y discernir, que llevo conmigo como parte de mis genes, pues se refleja en todo lo que hago.
Durante el trabajo de limpieza y siembra en cualquiera de los espacios en los que me concentrara, fue muy importante tener sueños de bienestar; Es decir, imaginarme como podía disfrutar aquel lugar con mi familia y amigos, me ayudaba a encontrar la mejor forma de organizarlo para que me exigiera poco mantenimiento y aun brindarnos un ambiente acogedor. Como siempre, todo por estar mejor, por disfrutar plenamente mi hogar, por hacer avivar los colores que nos sorprenderían cada mañana, todo por agradecer lo que tenemos y aprovechar la oportunidad de enriquecer nuestro ambiente al organizarlo mejor. Realmente creo que son esos anhelos los que nos ayudan a crear, a embellecer, a progresar, a producir aunque nuestros recursos no sean abundantes en cualquiera de los ámbitos en los que nos enfoquemos.
Por esta practica de trabajar en el jardín, con diferentes objetivos es que aprendí a esperar a que las semillas crecieran, a esperar el tiempo en el que cada planta florece y así también conocí los mejores espacios para cada planta dentro de mi patio. Lo mejor es que a través de esta practica aprendí a conocer otro aspecto importante de mi; Vive en mi el apreciar las oportunidades de crear, de desarrollar y de discernir. Es maravilloso, comprender que si tienes talento artístico no tienes porque ser un desastre, y si eres analítico no tienes porque cerrarte a la creatividad. Tu puedes elegir...Hay personas que son creadoras por naturaleza y allí se concentra su mayor aporte, y esto esta bien, si es lo que ellas quieren. Otras personas aparte de ser creativas, son organizadas y analíticas porque quizás no se conformaron con lo que tenían, y en base a trabajo y esfuerzo lograron desarrollar hábitos que las enriquecen y complementan en si mismas.
Hoy, al escribir estas líneas siento gran alegría y satisfacción porque en mi jardín hoy en día hay plantas, ya grandes, que me recuerdan que en días de debilidad, no me rendí, sino que por el contrario decidí lograr algo mas, sembré alegría, sembré esperanza, construí armonía, me llene de paz porque gracias a Dios decidí embellecer y edificar con amor en base a lo que tenia.
Pienso que no existirá nunca un jardín floreciente en manos de gente descuidada, indiferente, o abandonada. No habra nunca oportunidad de cultivo en terrenos vistos por gente critica sin interés de construir, pues solo vera el monte y no la oportunidad de dar vida a algo hermoso y así crear oportunidades de convivencia en medio de la naturaleza. Los espacios de tierra necesitan el mismo cariño y atención que el corazón y la mente de los niños, los jóvenes y las personas que están a nuestro alrededor. De allí la belleza de todos los lugares que recogen memorias inolvidables. Alguien se ocupo de crear la idea y seguro muchos han estado allí firmes sembrando semillas de esperanza y confianza!
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