Muchas veces nos preocupamos tanto por lo que no tenemos, que inconcientemente menospreciamos lo que si tenemos. Hagamos un evaluación de nuestras oportunidades y valoremos cada una de ellas, aportándole el amor y la atención que merecen.
Oportunidades de desarrollarnos y crecer como persona; Eligiendo con discernimiento y buscando la sabiduría de la mano de Dios quien nos inspira al orden, muestra el camino, y llena de gozo.
Oportunidades de desarrollarnos y crecer como persona; Eligiendo con discernimiento y buscando la sabiduría de la mano de Dios quien nos inspira al orden, muestra el camino, y llena de gozo.
Oportunidades de levantar una familia; Aprendiendo como compartir fundamentos sólidos para el buen desarrollo espiritual, intelectual, social y emocional de cada uno de sus miembros.
Oportunidades de aportar nuestros conocimientos para el beneficio de una empresa o negocio; Procurando hacer uso de nuestra capacidad de ejecutar con pasión y confianza las ideas tanto creativas como lógicas y los conocimientos necesarios para procurar dar un buen servicio.
Oportunidades de Edificar una Comunidad; Disponiéndonos a servir a otros con el deseo de poner un granito de arena para cooperar con el progreso social de tu entorno. Reconociendo que si tenemos mucho que dar.
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