28 feb 2013

Los Dialógos Familiares. La importancia de hablar y escuchar a otros...

Busca la luz y encontraras el amor...
Para muchas personas es muy díficil manejarse en la claridad de la luz en cualquiera de sus formas. Sin embargo otras personas quieren aprender a encontrar esa luz. Particularmente creo que la luz nos fue entregada como recurso para el estudio, el trabajo, la creación, el disfrute, la confianza...y la busqueda de soluciones positivas, aunque eso requiera hacer correcciones por nuestra parte.

Continuando con la idea de mi primer artículo sobre Los Diálogos Familiares publicado el 25-02-2013 , me gustaría  orientarme en función de darle uso a la lista sobre acuerdos y desacuerdos  que dejamos pendiente, empezando por ponerla a la luz de LA ORACIÓN.

Todos sabemos que hay diferentes formas de encontrar la confianza o tranquilidad que estamos necesitando muchas veces. Hoy quiero compartir contigo parte de mi experiencia en el disfrute de La Oración como una de mis mejores formas de encontrar luz en circunstancias importantes y de mucha necesidad de Dios en mi vida. Por ello la incluyo en este artículo que trata sobre Desarrollo Familiar. En mi experiencia he llegado a la conclusión de que cuando buscamos la  luz a través de la oración, encontramos el amor dentro de nosotros y nos es más fácil ver y reconocer el amor en las otras personas. A su vez, cuando buscamos el amor de Dios, encontramos la luz que ilumina nuestras vidas.

En La Oración, no sólo podemos clamar a Dios por respuestas. Sino que podemos cultivar la experencia de sentirnos en su compañia en cada paso y en cada prueba. Es esta experiencia divina lo que nos proporciona un cambio de vida sin sacarnos de circulación de un mundo que tiende a ser agitado, conflictivo, y lleno de tribulaciones. Pero es esa roca de la cual nos sostenemos en la oración, la que nos da la fortaleza y nos permite vivir en Plenitud a través de la luz del amor y la esperanza que existe y crece en nosotros!
Hace unos dias atrás, alguien recordaba la era de los años 90 en US, cuando se puso muy de moda la expresión "What would Jesus Do?"(Qué haría Jesús), y se veía a una gran cantidad de personas con los brazaletes que tenían la siglas W.W.J.D. quienes sólo lo usaban como un recordatorio del movimiento que seguía el principio moral de tratar a las demás personas con el amor de cristo, lo que imponía la necesidad de tratar de pensar antes de actuar. No siempre hacemos eso y sé que no es una práctica fácil. Pero nos sentimos tan bién cuando lo hacemos que bien merece la pena practicarlo hasta hacerlo un hábito. En verdad, por nosotros mísmo, deberíamos concentir este esfuerzo. 
La plenitud de nuestra vida no se refiere a estar sin problemas, a tenerlo todo fácil, o a negarnos a emociones negativas normales de nuestra condición humana (como son la tristeza, el miedo, o el enojo). Se trata más bien de sentirnos en la capacidad de responder positivamente ante la legitimidad de todas las emociones y circunstancias de nuestra vida y aunque algunas veces es más fácil que otras, debemos procurar buscar la luz que nos ayuda a encontrar respuestas acertivas, con todo lo bueno, o difícil que ello puede implicar.

Tomemos este criterio como referencia cuando ya tengamos esa lista de acuerdos y desacuerdos terminada. Pongamos todos esos detalles a la luz de la Oración en una conversación íntima com papa Dios.

A continuación  copio una Oración para el Diálogo en Familia, cuyo autor desconozco hasta ahora. Espero que sea para ti una guía que te permita iniciar la tuya propia, en caso de que la necesites.

Padre bueno,
de quien procede toda familia en el cielo y en la tierra;
Tu nos has hecho capaces de relacionarnos contigo y con nuestros hermanos.
Te agradecemos este don maravilloso.
Ayúdanos a servirnos de él para nuestro bien y el de nuestras familias.
Concédenos tu Espiritu Santo, que nos enseñe a dialogar en familia u haga que nuestra comunicación sea clara, sencilla, paciente, llena de bondad, animada al perdón generoso, a la amistad sincera, a la aceptación del otro.
Aleja de nuestro diálogo la mentira, la violencia, la imposición, la desconfianza, las palabras ofensivas y el interés egoísta.
Alcánzanos la gracia de saber escuchar y comprender, para que en nuestras familias reina la armonía, la paz y el amor.
Ilumínanos para que, como familia, vivamos en la fe, la fraternidad y el servicio.
Te lo pedimos. Padre, por la intercesión de la Familia Santa de Jesús, María y José, cuyo ejemplo de unión, de comprensión y de vida queremos imitar.
Amén.


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